Australia se encuentra en un momento crucial en su lucha contra la contaminación plástica. Una propuesta reciente, inspirada en el enfoque de la Unión Europea, sugiere la implementación de un impuesto a los envases de plástico. Esta medida audaz podría potencialmente canalizar la asombrosa cantidad de $1.500 millones a las arcas del país cada año.
La investigación del Instituto de Australia revela una cifra sorprendente: el gobierno federal podría acumular $1300 por tonelada de plástico no reciclado imponiendo un impuesto a las empresas involucradas en la importación o producción de envases de plástico. Esta iniciativa no se trata sólo de generar ingresos; Es un llamado de atención para un cambio drástico en nuestros hábitos de consumo y reciclaje de plástico.
La batalla de Australia contra un creciente tsunami de desechos plásticos está bien documentada. Las tasas actuales de recuperación de residuos plásticos son lamentablemente bajas: menos de una quinta parte se recicla anualmente. Esta tendencia, junto con la previsión de duplicación del consumo de plástico para 2050, pinta un panorama sombrío.
El impuesto propuesto, alineado con el modelo de la UE introducido en 2021, exige que las empresas paguen 800 euros por tonelada de residuos de envases de plástico no reciclados. En moneda australiana, esto se traduce en aproximadamente $1300 por tonelada. Con un estimado de 1,179 millones de toneladas de residuos de envases al año, el impuesto podría recaudar alrededor de $1,46 mil millones.
La opinión pública respalda esta iniciativa, y una encuesta del Instituto de Australia revela un fuerte apoyo a los objetivos legislados de reducción de residuos y la inclusión de material reciclado en los productos plásticos. Un notable 78% de encuestados también apoyó la prohibición de los plásticos no reciclables en el hogar.
En conclusión, el posible impuesto de Australia sobre los envases de plástico representa un enfoque transformador para abordar los desechos plásticos. Al incentivar el reciclaje y reducir el uso de plástico, esta política podría contribuir significativamente a la sostenibilidad ambiental y crear una economía más circular.